martes, 15 de junio de 2010

La ternura de Dios.



Anoche soñé que caminaba por la playa en compañía de Dios.
En la pantalla de la noche se proyectaban todos los días de mi vida.
Miré hacia atrás y vi que por cada día de mi vida proyectada en la pantalla, aparecían huellas sobre la arena: una huella mía y otra del
Señor.
Seguí caminando adelante, hasta que todos mis días se agotaron.

Me paré entonces, miré hacia atrás y descubrí
que en algunos sitios había sólo una huella...
Coincidían justamente con los días más
difíciles de mi vida: los de mayor angustia,
los de mayor miedo, los de mayor dolor...
Y pregunté entonces:
"Señor, tú dijiste que ibas a estar conmigo
todos los días de mi vida... ¿Por qué me
dejaste solo justo en los peores momentos
de mi vida?"
Y el Señor me respondió:
"Hijo mío, yo te amo. Te aseguré que estaría
contigo a lo largo de todo el camino y que
no te dejaría solo ni un segundo...
Y lo he cumplido...
Los días en que has visto una huella sola
sobre la arena, han sido los días en los
que te he llevado en mis brazos".

Anónimo brasileño

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