Reina del cielo, alégrate. ¡ Aleluya!
Porque el que llevaste dentro de tí, ¡Aleluya!
Resucitó como dijo. ¡Aleluya!
Ruega por nosotros a Dios. ¡Aleluya!
Vamos a trabajar dedicando un tiempo a nuestra fe. Por eso, te digo: "De la mano, me llevas y no te veo, sólo te siento, Señor. Ayúdame a educar en la fe". MI MEJOR AMIGO: UN MODELO A SEGUIR...
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